Descripción
La sandalia postural ayuda a la mejor colocación de la pelvis, de la columna vertebral y de la caja torácica, la respiración es mucho más libre, y la postura del cuerpo correcta. Las piernas se tonifican y musculan, eliminando la celulitis.
Con la Sandalia Postural el pie descansa en un plano inclinado hacia atrás: el ángulo de elevación con el suelo es de 9 grados, situándose el talón más bajo que la punta del pie (ó de los dedos de los pies), como si subiera una escalera.
Para compensar la inclinación de la suela, los músculos de los pies y de las pantorrillas están obligados a contraerse un poco más a cada paso y el cuerpo se desplaza de forma equilibrada y armoniosa hacia delante.
RESULTADOS:
Con la inclinación hacia atrás de la suela de la Sandalia Postural el pie se eleva hacia delante, más alto que los talones. El pie no resbala. Los músculos de la pantorrilla reaccionan, al igual que los de la planta del pie. Se disminuye el ángulo entre el pie y la pierna. Al estar más bajo el talón estira los músculos de la pantorrilla hacia abajo. A cada paso, el pie reacciona como si subiera el peldaño de una escalera. Esto sucede por la diferencia de nivel entre la parte anterior y posterior del pie. Con el fin de que el cuerpo conserve el equilibrio, se ejercitan determinados músculos, que hasta entonces se encontraban en reposo forzado.
Puede aparecer una ligera sensación de agujetas como con cualquier ejercicio físico nuevo, por lo que al principio se recomienda comenzar a usar las sandalias por periodos muy breves. De manera progresiva, el cuerpo se habitúa suavemente a estas nuevas condiciones de trabajo. Poco a poco se puede ir alargando de forma gradual los periodos de utilización de la sandalia postural.
El poco peso de la sandalia postural, permite llevarla cómodamente en el ámbito del bienestar, en la casa, en el trabajo o en viajes. Los músculos posteriores del organismo se extienden desde los pies hasta la nuca, sensación que se percibe inmediatamente.
