La cualidad de belleza más importante no es la perfección, sino el misterio y la luz.
Nuestra apariencia se evalúa utilizando los ojos. El misterio es juzgado utilizando el cerebro. La apariencia genera atracción. El misterio genera deseo.
Todo lo que crea la atracción sucede como percepción de factores estéticos objetivos tales como el contorno de los ojos o la forma de nuestra nariz. Sin embargo todo lo que crea el deseo es diferente. Se lleva a cabo utilizando energía, es decir como una energía interactiva. Está demostrado científicamente que si el misterio está presente en tu rostro todo aquel que te mira queda automática y positivamente estiimulado en una parte del cerebro (la amígdala/sistema linfático) ahí se produce una liberación de hormonas y como resultado, lo que los científicos llaman “atractivo físico” cambia de repente : Cualquiera que te mire a la cara te ve como un ser especialmente bello, más bello de lo que eres objetivamente.
A esto lo denominamos belleza cálida que tiene su origen en la vida y no únicamente en los genes (belleza fría). Si bien ser poseedor de una belleza genéticamente dada es estupendo, mucho más importante es la belleza que la persona irradia. Poner en valor el interior de la persona en todos los aspectos lo que significa por ejemplo que si cuidamos nuestra piel en el exterior debemos también cuidar nuestras células en el interior. Nuestra energía, carisma, aura y brillo marcan la diferencia.
Los biofotones son la luz de nuestra vida y definitivamente son de gran ayuda para ser poseedores de esa belleza cálida. Alguna vez hemos oído decir “esta persona tiene luz” en el contexto al que nos referimos.
Nuestras mantas de biofotones armonizan nuestro organismo , lo ponen en equilibrio y nos ayudan a mejorar nuestra salud y nuestra belleza. Disponibles en varias medidas lo que nos permite también viajar con ellas.
¡Irradia luz este invierno!
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