La piel del rostro tersa y suave de la niñez y de la primera juventud va desmejorando con el paso de los años, a causa de la oxidación.
La oxidación, es el proceso de descomposición que se produce cuando las células metabolizan el oxígeno. Una manaza se vuelve marrón, también el acero se oxida y las manchas de pigmentación y daño solar de nuestra piel, son también signos de oxidación y las células dañadas se convierten en radicales libres. Frente a tu espejo, esto se traduce en un empeoramiento progresivo de las arrugas, manchas de la edad y flacidez de los tejidos.
Para neutralizar y eliminar estos radicales libres dañinos que envejecen, hay que utilizar antioxidantes. Estos, se pueden administrar a la piel de dos maneras, tópicamente en productos como sueros y o cremas que no taponen los poros y dejen respirar a la piel e internamente como alimentos o suplementos. Los productos frescos como los frutos rojos y las verduras de hoja verde, son particularmente ricos en antioxidantes.
Dejar respirar a la piel al mismo tiempo que la tratamos, nutrimos e hidratamos es fundamental. Por eso es necesario utilizar cremas que no contengan lanolinas, parafinas y otros derivados del petróleo y que no taponen nuestros poros y al mismo tiempo nos proporcionen todos los antioxidantes y nutrientes necesarios para la salud de nuestra piel. Recomendados la gama de cremas Earth Line y Sea Line cuyo mensaje es “si no me lo puedo comer, no lo unto en mi piel”.
Sólo necesitas tener constancia y perseverancia utilizando diariamente Earth Line y Sea Line, cosmética Natural certificada, con vitaminas esenciales y agentes botánicos activos.
¡Tu rostro recuperará tono y luz al mostrar una piel cuidada y rejuvenecida!
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