La fiebre del heno, también conocida como rinitis alérgica estacional, es una de las alergias más comunes ya que la padece hasta un 20% de la población.
La fiebre del heno se produce en la mayoría de los casos en primavera, verano y principios del otoño, cuando el nivel de partículas de polen en suspensión en el aire es más alto.
La fiebre del heno provoca síntomas como:
- Enrojecimiento de los ojos, con prurito y lagrimeo que pueden ser intensos.
- Estornudos repetidos
- Tos
- Picazón de garganta e incluso de los oídos
- Presión y dolor sobre las mejillas y la frente
- Sensación de agotamiento y debilidad
- Sibilancia (silbido al respirar) y falta de aire.
- Picazón de nariz
- Rinorrea o secreción nasal acuosa
- Obstrucción nasal (que a diferencia de otras formas de rinitis, se produce de forma alternante, una vez en un orificio y otra vez en otro).
Existen varios tratamientos convencionales para intentar paliar los síntomas, como son la inmunoterapia (vacunas hiposensibilizantes) o el tratamiento con medicamentos (como antinhistamínicos, antiinflamatorios, atropínicos, oxatomida o cromoglicato de sodio).
Pero también existen remedios naturales muy sencillos que pueden ayudar a tratar y/o prevenir la fiebre del heno:
- Miel: tomar miel regularmente antes de que empiece la floración. Se recomienda tomar miel local.
- Vitamina C: con bioflavonoides para lograr un efecto antihistamínico “natural”.
- Guindilla: La guindilla contiene un componente activo llamado capsaicina que abre las fosas nasales y descongestiona, aliviando los síntomas de la fiebre del heno.
- Carotenoides: Los carotenoides son pigmentos naturales de las plantas que actúan como potentes antioxidantes para reducir la inflamación de las vías respiratorias y para aumentar el sistema inmune. Alimentos como las zanahorias, albaricoques, calabaza, boniato y espinaca son buenas fuentes de carotenoides.
- Manzanilla: La infusión de manzanilla es antioxidante, antihistamínica y antiinflamatoria. Además de beberla, se pude utilizar la bolsita de infusión como compresa ocular para aliviar el enrojecimiento de los ojos.
- Ajo: Incorporar más ajo a la dieta no sólo fortalece el sistema inmune, sino que descongestiona y alivia los síntomas de la fiebre del heno gracias a su poder antiinflamatorio y antihistamínico.
- Acupuntura: Se ha demostrado que la acupuntura puede reducir los síntomas de la fiebre del heno. Se debería realizar de cuatro a seis sesiones antes de que empiece la temporada de la fiebre del heno.
- Autohipnosis: Estudios recientes han demostrado que quienes sabían utilizar la autohipnosis lograban reducir de forma dramática los síntomas de la fiebre del heno. Se les enseñaba una técnica de auto-relajación especial y a la que empezaban los primeros síntomas de la fiebre del heno, lograban controlarlos e incluso reducirlos.
- Vaselina: Aplicar una fina capa de Vaselina dentro de las fosas nasales puede ayudar a reducir los síntomas de la fiebre del heno. La Vaselina atrapa el polen que entra por la nariz, y por tanto no llega a entra en las fosas nasales. Durante la temporada de la fiebre del heno, se recomienda aplicar un poco de Vaselina antes de salir de casa.
- Cebolla: La cebolla es una fuente de quercetina, un anihistamínico y antiinflamatorio natural que reduce los síntomas de la fiebre del heno. Se recomienda aumentar la cantidad de cebolla en la dieta.
Por último se recomienda evitar exponerse a todos los elemento ambientales (polvo, plantas, árboles, hongos, perfumes, productos de limpieza, pelo de animal, etc.) que puedan provocar alergia.
Y si lo prefieres, también puedes acabar con la fiebre del Heno utilizando aparatos de fototerapia como Rinitis Stop, que además está indicado para la rinitis crónica, los resfriados, la congestión nasal, la sinusitis y para eliminar los ronquidos. Si sufres en esta época del año, haz clic aquí y dale un vistazo a Rinitis Stop